viernes, 8 de mayo de 2015

Promover no votar es promover en contra nuestra

Promover no votar es promover en contra nuestra


 

 

Por allí, algunas personas y grupos están promoviendo no votar en las próximas elecciones, lo que para muchos otros es un error, un gravísimo error si acaso queremos detener la corrupción y la política que daña al país.

            La realidad es que no votar implica que así actúen quienes comulgan con la idea de boicotear al sistema de este modo, quienes piensan como Javier Sicilia que “votar es sentarse con corruptos y tramposos a la mesa”, lo cual es verdad, sin embargo, hemos estado sentados a la mesa con corruptos y tramposos desde hace décadas, desde el momento en que permitimos la primera corrupción al quedarnos callados, al no denunciarla, al no oponernos a que la llevaran a cabo, al permitirles seguir en sus cargos públicos.

            Es decir, nosotros somos parte de lo mismo al permitir elecciones tramposas como han sido, por lo tanto, nosotros mismos somos los que tenemos que modificar la situación, si nosotros les hemos permitido estar en el poder, nosotros tenemos que quitarlos, si nosotros hemos dado legalidad a sus elecciones tramposas al no oponernos en mayoría a ellas, nosotros debemos modificar la forma de llevar a cabo las elecciones, para lo que sólo hay dos vías: la pacífica o la armada que no queremos.

            La vía pacífica implica que todos votemos, que promovamos el voto, pero también que cuidemos las casillas, que denunciemos la compra de votos y cualquier anomalía que observemos, que denunciemos la propaganda que sale de lo legal, que no nos dejemos intimidar por quienes buscan imponer la compra o sus declaraciones autoritarias, que expulsemos el miedo. No pueden imponerte votar por quien tú no quieres.

            Por otro lado, promover el no voto es una falacia, pues ellos están en el poder, para ellos es más conveniente que no votes, de ese modo dan por legales las elecciones aunque tú las boicotees, aunque cierres el lugar donde se celebren, ellos, los que tienen el poder, las van a legalizar en otro lado, simplemente “autorizarán” el cambio y luego dirán que nadie votó y este número “0” va a jugar a favor de ellos, o dirán que votaron a favor de los partidos de ellos. Obviamente, votarán ellos y su gente por sus partidos, lo que, en una ecuación simple, da por resultado la victoria para ellos, porque faltará tu voto. Simple. Ellos lo harán legal y, entonces, quien pierde es el pueblo, la ciudadanía.

            Ahora bien, imagina que en tu ciudad se llegara a lograr que nadie votara y se anularan las elecciones, ¿cuál sería el resultado?, que se quedaran los mismos porque qué otra cosa podría suceder. Ellos, que tienen la “autoridad” (porque nosotros se la hemos dado), se mantendrían allí, los mismos, o ¿a poco crees que se van a ir sólo porque tú no votaste? No, no hay forma. Ellos inventarán cualquier cosa para quedarse.

            Promover el no voto es como promover a esos que tú ya no quieres en el poder; con el no voto, ellos hacen chuza, o, como en el juego de billar, el no voto es una bola que al chocar con otra hace que ésta golpee a una más haciéndola introducirse en la tronera, es decir que al no votar se está echando a andar un mecanismo que juega a favor de ellos, no al nuestro, o, dicho de otro modo, al no votar los estamos dejando jugar solos en un tablero donde nosotros lamentablemente también somos jugadores y debemos participar.

            Hagámoslo y hagámoslo bien.